miércoles, 1 de septiembre de 2010

ENTONANDO RETORNOS



Sacha ha logrado volcar fantasmas, recuerdos y memorias en este texto dramático, el manejo del lenguaje es exquisito, demuestra, una vez más su sello poético. Las campesinas, seguramente, surreales y extraídas del vuelo imaginativo y de los recuerdos del autor nos obligan a acompañarlas en su trágica búsqueda. Los perros chocleros y las retamas ausentes nos ambientan y nos datan la distancia de tiempo, espacio, memoria. El camino y el tiempo se muestran como elementos análogos, al final son inevitables y resultan siendo lo mismo. Las campesinas, saben que nunca encontrarán lo que buscan como lo dejaron; sin embargo, viven y hacen vivir al lector su camino de encuentro con su historia, con su pasado, con su memoria. El texto trágico se refresca con elementos festivos, elementos que, como en toda historia, no pueden ser eternos. Se desborda el naturalismo y el sofoclismo de Sacha nos permite evocar a Antígona, ella, Antígona, busca enterrar, y ellas, las campesinas, buscan desenterrar, saben que lo que buscan no están en el exterior, sino que deben seguir las huellas de su alma, deben abrir la tierra y desenterrar lo que les pertenece para convencer a su alma de que el tirano venció, que los niños se volvieron hombres, que los que estaban unidos por la sangre fueron separados por las armas. Entonado retorno es, sin duda alguna, una de las mejores obras de dramaturgia del territorio nacional. El autor toma un pasaje histórico. Seguramente que los que no pudieron gritar, hoy acallan sus pesares y ya no penan más en los campos ni en las carreteras de retamas, pues con esta obra su grito trascenderá hasta los oídos del alma.

                                                                                 Jorge Cabanillas Quispe
                                                                                Actor, director teatral y escritor